lunes, 11 de febrero de 2013

54 - EL HERBOLARIO

     
     Cada vez que entro en un herbolario, el fragante y maravilloso aroma que emana me devuelve a la infancia. Y es que antes, esos establecimientos tenían una importancia en nuestras vidas que, ahora,  parecen no tener. En la actualidad ningún crío va a estas tiendas, ya que principalmente lo que se vende ahora son hierbas y productos dietéticos, pero los niños de mi época las frecuentábamos muy a menudo.


                                    

     En mi casa, como en casi todas, había tila, manzanilla, maría luisa....en ramilletes secos colgados en la cocina o el balcón. El tomillo o el romero lo cogíamos cuando íbamos a la montaña, y las demás hierbas siempre había alguna vecina o conocida que te las regalaba, y cuando no se tenían, acudíamos al herbolario a comprarlas. A mí me encantaba tomar infusiones; incluso, en alguna ocasión me "inventaba" un dolor de barriga sólo para poder tomar una humeante taza de maría luisa, que me preparaba mi madre.


                               

      Nosotros íbamos al herbolario de la calle Claveguera. El mobiliario marrón, las hierbas secas en tonos amarronados, el marrón del azúcar candi y de los caramelos de miel, el marrón de los palos de regaliz, la bata marrón del herbolario Sr. Emilio......y la poca luz que alumbraba el pequeño establecimiento, también convertía en marrón lo que no era.


Una clásica herboristería
                                
Azúcar candi....
....regaliz....
                                                 
....caramelos de miel...
                     
             
     Los críos del barrio nos encontrábamos allí para comprar esas golosinas, y cuando llegaba la verbena de Sant Joan comprábamos también los petardos. Ese día había cola en la tienda y cerraba a altas horas de la noche, ya que según se nos iban gastando los petardos, volvíamos a por más. Nunca he sabido ver la relación entre hierbas y petardos para que los despacharan en la misma tienda.



Estos petardos son los que me 
compraba yo
Las bombetas también
me divertían


         De modo que los niños visitábamos el herbolario con la misma frecuencia que los adultos, o incluso más.

       Otra cosa que comprábamos allí eran los gusanos de seda. No recuerdo haber visto tiendas donde vendieran otra clase de animales cuando era niña. Por lo menos en mi barrio. Cuando alguien tenía un perro o un gato es porque algún vecino o conocido quería deshacerse de los cachorros que su propio animal había parido, y se lo había regalado.


      De modo que cuando llegaba la primavera, nos acercábamos al herbolario del Sr. Emilio a comprar gusanos y morera para alimentarlos.

     Al llegar a casa cogíamos una caja de zapatos, le hacíamos agujeros en la tapa, y los acomodábamos encima de las hojas de morera.
                    
                                              
     Podíamos pasarnos horas observando la voracidad de los gusanos al comer las hojas, cómo empezaban con una e iba desapareciendo ante nuestros ojos. Día a día los pequeños gusanos iban creciendo de tamaño y engordando. Siempre había alguno que se quedaba más rezagado en su crecimiento y acababa muriendo...


                                            
    De tanto en tanto, mi hermano Juanito y mi hermana Julia los cogían con mucho cuidado (nunca fui capaz de tocarlos, y creo que ahora tampoco), los sacaban junto con las hojas y los colocaban en la tapa mientras volcaban la caja en el cubo de basura para limpiarla de las cagadas que llenaban el pequeño habitáculo.

     Cada día, al llegar del colegio, abríamos la caja para ver si habían empezado a hacer los capullos. Los primeros en empezar se cogían los mejores rincones, claro, las esquinas de la caja. Los últimos se tenían que conformar, casi siempre, con hacerlo en la misma tapa. Muchas veces costaba abrir la tapa ya que la seda estaba enganchada en las dos partes, y había que hacerlo con  mucho cuidado para no desenganchar el capullo.

                                              
    Me gustaba observar el movimiento contorsionista de los gusanos dentro de los capullos mientras se iban encerrando, y éstos adquirían un color cada vez más amarillento a medida que espesaban. 


                                    
    Yo tenía la esperanza de que algún día saliese una mariposa de grandes alas, preciosa y de colores, como las que veía en el campo...... aunque, en el fondo, sabía que todas iban a ser de color grisáceo, con alas cortas, feas antenas y que  parecía que ni siquiera volaban.


                                        
    Una vez puestos los innumerables huevos, las desdichadas mariposas morían, y la caja de zapatos se colocaba encima de un armario a la espera de que al próximo año nacieran nuevos gusanos.

     Cosa que  nunca ocurría, ya que mi madre tiraba la caja de zapatos a la basura en cuanto nos habíamos olvidado de ella.

     Y al año siguiente volvíamos al herbolario a por más gusanos.







Fotos tomadas de internet






      





35 comentarios:

Mª Trinidad Vilchez dijo...

Querida Montse, que alegría me das de que vuelvas, mira que durante meses he tenido tu enlace en mi blog , de mis blogs favoritos y el otro día lo quité, y mira estaba haciendo un post, y voy al Face y te veo que has publicado, me alegro un montón tu blog nos gusta a muchas personas que te seguían, se que por el trabajo no has continuado, pero no lo dejes aunque sea de tanto en tanto, pero meses no reina, que escribes muy bien y hablas de cosas que tod@s tenemos olvidadas y a mi me encanta, los gusanitos de seda y todo el proceso, ir a buscar la morera y todas las cosas que has escrito la gran mayoría de personas de nuestra edad lo han hecho y divertido con ello.
Ha sido una grata sorpresa y te envío un fuerte abrazo, ¡¡¡BRAVO MONTSE...!!!

Gemma dijo...

Ya era hora guapa!!!!!!.Cuanto he echado a faltar tus escritos. Estaba deseando llegar a casa para leerlo.
Yo no recuerdo el tema de los gusanos. Cuando tuve yo la edad, vosotros ya no estabais para gusanitos!!
A mi hija le compre una vez, y no le tiré la caja como la mama, pero me olvide de ella totalmente.
Un beso muy grande, preciosa!!

Anónimo dijo...

BIENVENIDA!!!Que bonito... que ganas tenía de volver a leerte, es retroceder en el tiempo y ver perfectamente al Sr. Emilio detrás del mostrador de su pequeña tienda. Los petardos de la tira, si no recuerdo mal, se llamaban "garibaldis".Ahora que has vuelto, continúa por favor!!!. Da igual el tema, tú lo haces interesante. Besos.

Julia dijo...

Que no, que no soy anónimo, que soy tu hermana mayor.

Montse dijo...

Bueno, ya he vuelto, Mari Trini! intentaré escribir de vez en cuando alguna cosilla, aunque no con el ritmo del principio, claro está. Me vino a la memoria lo de los gusanos y me dije "pues escribo sobre eso mismo".
Gracias, guapa, un beso.

Montse dijo...

Gemma, cómo puede ser que nunca tuvieras gusanos? eso hay que remediarlo, mañana mismo voy y te compro unos cuántos!!!
Un beso muy gordo, hermanita!

Montse dijo...

Ya sabía que el anónimo eras tú, Julia, te conozco!! y dices que no tienes memoria? pues yo no sabía el nombre de los petardos.
Un beso muy gordo para tí también.

Mari-Pi-R dijo...

De nuevo entre nosotros que alegría Montse.
En mi casa contrariamente mi madre nunca fue amante de las hierbas, pero en cambio mi abuela paternal si que se hacía sus sopas con hierbas frescas de tomillo y trozos de pan eso lo recuerdo mucho.
Los petardos son los mismos que nosotros también comprábamos.
Por supuesto la caja de gusanos creo que hizo parte de mi vida ya que todos pasamos por la cría de ellos.
Besos

Josep dijo...

Por fin está aquí nuestra amiga Montse!!
Has acertado de plano, todo esto que hacias tu creo que hemos sido muchos que lo hemos hecho. Creo que te has olvidado de una cosa que vendian y te has olvidado. !La pegadolça!. Yo de pequeño compraba en mi barrio, claro pero delante de donde vivia mi mujer habia una que habia sido una masia y además un sitio donde paraban los arrieros para descansar, comer ellos y los caballos. Cuando esto ya paso de moda crearon una herbolisteria sin tirar nada de lo que habia. Era una pura virgueria. Y es lo que dices tu. Solo por el olor ya valia la pena entrar.
Te felicito por el post. Cuando puedas continua. Ya ves que te esperamos siempre.
Ah! la morera y los gusanos creo que se vendian aquí porqué no habian otras tiendas que tubieran relación con los gusanos.
Lo que ya no me acuertdo de esto de los petardos, porque tampoco tiene relación.
Una abraçada.

Josep dijo...

Montse, creo que esta tira de "pedardos" se llamaban Mistos Garibaldis o rascaparets. Por cierto eran muy toxicos. Y la otra foto eran Piules o Bombetas.
Solo era este apunte.
Un petó.

Montse dijo...

Gracias, Mari-Pi.
Sí se solía hacer sopa de tomillo, y la he probado, pero no me acaba de convencer, lo prefiero en los rustidos. Suelo utilizar bastante las hierbas para cocinar.
Los gusanos de seda los teníamos todos, ahora es, sobre todo, en la escuela que los crían para toda la clase.
Un abrazo y gracias.

Montse dijo...

Entrar en un herbolario con ese olor me encanta, Josep, pero cada vez hay menos. Ayer justamente me preguntaba mi nuera por una que estuviera cerca, y de cerca nada, hay que darse un paseo para encontrar una.
Yo no recordaba el nombre de los petardos, y tú y mi hermana Julia habéis coincidido en el nombre: garibaldis.
Parece que los retiraron porque los niños los chupaban para que chisporrotease más, y claro, eran muy tóxicos.
Estoy encantada de teneros a todos aquí de nuevo!
Gracias, y un petó.

Montse dijo...

Josep, es verdad, que también se compraban las pegadolças, aquellas negras y fuertes que se enganchaban en los dientes.

Unknown dijo...

Muchas gracias Montse por tus recuerdos que hoy he encontrado, por casualidad, y me han emocionado mucho.
Nací en 1961 en un pueblo de Girona, y llevo años viviendo en otra comunidad. Aunque los recuerdos no son los mismos, me ha hecho revivir los que yo tenía de mis calles sin asfaltar, junto a campos, y en dónde jugábamos al aire libre, años de una infancia con penurias pero muy feliz.
Muchas gracias y un abrazo muy fuerte. Neus

Montse dijo...

Muchas gracias por tus palabras, Neus, no sabes la felicidad que me da que mis recuerdos os lleguen a emocionar. La infancia de aquella época, aunque con penurias como bien dices, fue feliz para la mayoría de nosotros y la recordamos con ternura y agrado.
Un abrazo.

Mari-Pi-R dijo...

Veo que todavía no tienes mucho tiempo de escribir, gracias por pasar.
Feliz lunes de Pascua con un fuerte abrazo

Montse dijo...

Perdona Mari-Pi, es que estos días no me funcionaba bien el ordenador y no te he contestado. Espero que hayas pasado una buena Pascua, muchas gracias y un abrazo.

Anónimo dijo...

Se m'havia passat aquest apunt, Montse! M'alegro que hagis tornat a escriure.

Quants records, els herbolaris, és cert. M'agrada aquella intensa olor. Nosaltres, al Clot, també hi compràvem tot el que dius, inclosos els cuc de seda i la morera. I les pipes. Però els petards no.

Recordes fins quan va ser obert l'herbolari del carrer de la Claveguera? La meva dona, que sí és filla del barri (plaça de Sant Pere), no el recorda.

Montse dijo...

Hola, Enric, gracies per llegir aquest últim post. No sé si tornaré a escriure més, de moment no, la meva vida ha fet un gir de 90 graus i m'he de dedicar a altres coses...
El herbolari del carrer Claveguera no sé fins quan va estar obert, jo vaig marxar del barri als 20 anys, i no m'hen recordo si encara estaba, no li donabam importancia, ara sí que li donem...
Moltes gracias.

Anónimo dijo...

Montse, espero que no sigui res greu. Sort i fins aviat.

Montse dijo...

Mentres no hagi problemes de salut, (afortunadament no es el cas, i que duri, perque ja no tenim vint anys...) anirem aguantan, Enric.

T'ho agraeixo molt.

Mari-Pi-R dijo...

Hola Montse, ya veo que sigues muy ocupada y no tienes tiempo de dedicarte a tu blog, en parte es buena cosa pues si es por trabajo y ganancias es bueno.
Tan solo dejarte mis deseos de felicidad en esos días tan entrañables y llenos de amor.
FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO!
Besos.

Montse dijo...

Muchas gracias MariPi, no tengo demasiado tiempo, es verdad... Lo mismo te deseo a ti, que pases unas fiestas estupendas que el año que viene sea mejor que este. Muchos besos.

Anónimo dijo...

Que tinguis un bon Nadal i un bon any, Montse.

A veure si tornes aviat "pel barri".

Una abraçada!

Montse dijo...

Moltes gracies, Enric. Sí que tinc ganes de tornar....
Bones festes!!!

Anónimo dijo...

Hola, soy el anónimo del post de la toga acabo de descubrir tu blog hace unos días y es una pena que la última entrada sea hace más de un año, deberías seguir escribiendo, un saludo!

Montse dijo...

Hola Anónimo, no sabes como te agradezco tu comentario. Actualmente tengo algo difícil volver al blog, pero no lo descarto del todo. Muchas gracias, un saludo.

Anónimo dijo...

Hermosos relatos y recuerdos que coinciden con muchos de los mios. Quisiera invitarte a participar en un grupo que se ha creado en facebook y en el que he compartido algunas de tus entradas, las cuales han despertado lagrimas y sonrisas por igual, a la vez que gran admiración por tu labor. tú más que nadie , merece figurar entre sus miembros. el grupo se llama "no eres del borne si no..." pero hemos acabado coincidiendo vecinos de la ribera, sant pere y santa caterina, ya que los recuerdos y vivencias se entremezclan en esas angostas e históricas calles. será todo un honor tenerte entre nosotros.
https://www.facebook.com/groups/1434782466783519/
un cordial saludo.
Joaquim

Montse dijo...

Muchas gracias, Joaquim, por tus palabras, que me emocionan, y por supuesto, acepto encantada tu invitación a esa página vuestra y fantástica de Facebook llena de recuerdos de nuestro barrio. Un saludo.

Mª Trinidad Vilchez dijo...

Mi blog ,ya no se llama "Las Mentiras".
Se llama, https://mtvo-bcn.blogspot.com.es/La Barcelona d' abans, d' avui i de Sempre, (since 2009)

Muchas gracias por hacerte seguidor.

Un abrazo fuerte a mi querida MONTSE.

PACO dijo...

No sabes lo que te perdiste al no coger un gusano de seda, coger un ser vivo entre los dedos con una textura como aquella era una maravilla, y el olor que hacia esa caja de zapatos cuando la abrías era inolvidable.
Ya de adulto y con familia volví a comprar , en el herbolario de cabecera , en la calle Elisabet , cerca de la plaza Buensuceso y nos encaramábamos a unos árboles de morera para darlos de comer-
Solo una vez nos acordamos de ellos , de sus huevos y de comenzar una nueva generación de gusanos y fue una locura, había miles
Bueno una vivencia mas recordada
Gracias

Montse dijo...

Francisco, como bien dices, el olor de esa caja de zapatos es inolvidable, esa mezcla de gusano, morera, seda, excrementos...
Me imagino la sorpresa de ver que los huevos se habían convertido en miles de gusanos!
Seguro que necesitaste unas cuantas cajas de zapatos más, jejeje.
Gracias a ti por leer mi blog.
Saludos

Montse dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
nr dijo...

Hola Montse,
Hoy por casualidad he encontrado este blogg , soy Nuri de ERN me acuerdo perfectamente de ti y aún mejor de tu hermana Julia que estubo mas tiempo en la oficina. Tus recuerdos de tantas cosas me han hecho revivir mi infancia. Muchas gracias. Y saludos.

Montse dijo...

Nuria, que pena que hasta hoy no haya visto tu comentario! Me acuerdo perfectamente de ti...de Montse Antolín, de Pepita, del Sr. Rius, de Purset....hasta de cuándo nos explicabas que tu madre cogía el autobús desde donde vivíais para ir a comprar al mercado Sta. Caterina, a mi barrio! Ojalá puedas leer mi respuesta. Muchas gracias por escribir, te mando saludos míos y de mi hermana Julia.