lunes, 30 de enero de 2012

11 - CUANDO TODA LA FAMILIA SE REUNIA Y NOS DIVERTIAMOS

Esta entrada es, sobre todo, de fotografías de los buenos momentos pasados en familia.

   En casa teníamos muy poco, pero nos teníamos los unos a los otros, y la familia, a pesar de las necesidades básicas, sabía sacar partido a los buenos momentos. Cualquier ocasión era buena para reunirnos con tíos y primos, que eran muchos.


En el Verdún, mi padre el del medio,
Lupe con su madre, y Juanito
 asomando por detrás

Tortilla de patatas, ensaladilla rusa...
seguro que mi madre llevaba 
las croquetas

   Cuando en Deslite, donde trabajaba mi padre, organizaban excursiones, íbamos toda la familia y siempre he oído la historia de que una vez que fuimos al campo y era yo muy pequeña, una serpiente bien grande se acercó por el olor de la leche que tenían preparada para hacerme el biberón ¡La serpiente no sabía quién era la familia Hernández! Entre todos mis tíos la molieron a palos y mi tío Pepito se la llevó triunfante paseándola luego por Via Laietana.

En el campo, mi madre de pie y mi tía Aurora
intentando darme un vaso de leche

Julia, en primer plano, y mis tías Anita, Ginesa
y Aurora, detrás mi madre y yo

  Mi hermana Julia con otros niños
"El corro de la pataaata..."

Julia sentada y detrás Juanito, si es que
con unas cañas ya lo pasábamos bien...

   Solía venir también un amigo de la familia que se llamaba Lolo y que junto al tío Chules y al tío Pepito hacían cosas divertidas.

Mi tío Chules con unas maracas
Equilibrios...
Teníamos diversión asegurada
Al cirque du soleil, podían haber ido
Con unos tíos así ¿Quién se aburría?

   Ibamos al campo que había en el Verdún,  donde vivían la tieta Ginesa y su marido Ginés, y a la playa de la Barceloneta.  En la playa colocabamos una sábana con unas cañas para hacer sombra. ¡Cómo me gustaba el olor de la playa! ¡Hummm! era una mezcla de agua del mar, coco y helado de vainilla.

Frío no pasábamos, bien juntitos todos.
Mis tíos Matilde, Ginesa, Ginés, yo bostezando
con mi madre y detrás Aurora y Julia

 Aquí bosteza mi prima Lupe y su hermana
Lola sonríe al lado de mi madre,
sin toallas ni tonterías

De esta guisa iba yo a la playa,
 con glamour


    Nuestro tío Angel, marido de la tieta Dorín, se compró una moto con sidecar, y una de las veces que fuimos a la playa de la Barceloneta hizo varios viajes para llevar a la familia (a las mujeres, vaya) a pesar de que vivíamos cerca y siempre íbamos andando, ¡pero nos hacía una ilusión ir en moto....!

Mi tío Angel, mi prima Lola y 
en el sidecar  mi tía y yo
Mis padres...guapos! 
 Mi tío Chules aupándome
con una mano
Fijándose bien, a mi lado se puede ver
el gorro del señor de los helados y a mis
  hermanos y mi primo haciendo cola

   En verano, a veces íbamos al rompeolas a cenar y extendíamos un mantel en las rocas y comíamos tortilla de patatas y una "musclada" con los mejillones que mis tíos Pepito y Chules habían cogido por la mañana en las rocas.


Mi tío Chules fue submarinista
en la mili y ¡con los ojos cerrados
cogía los mejillones!
  
Siempre me ha gustado 
esta foto
En Banyolas, mi prima Laura (la de la trenza)
y yo. Mi hermano "suicidándose" con
una pistola de agua

En Banyolas, mis hermanos y yo

    Siempre venía con nosotros la tieta Anita, la hermana mayor de nuestra madre, que se quedó viuda muy joven y no tuvo hijos. Su marido, al que no puedo recordar ya que yo era muy pequeña cuando falleció, se llamaba Melchor, y ella vivía con sus dos cuñadas en la calle Murillo, cerca del Paralelo. Se jubiló en la Bru donde trabajó casi toda su vida.

  
Mi tía Anita y su marido Melchor
el día de su boda
Aquí en una de las excursiones, 
mi tía Anita de negro

   La tieta Anita se repartía en las festividades en casa de unos o de otros. Había una frase que me decía siempre riéndose cuando me veía "Mila tieta, paso el lío y no me mojo", que es lo que le dije en una ocasión en Las Planas al intentar saltar un charco, cayéndome en él y sin saber pronunciar la "erre".


Mi madre, el tío Chules, Julia, la
tieta Anita y yo, en Montserrat
La tieta Anita y mi madre en Banyolas

    También venía muchas veces el tío Domingo con su mujer María, a la que habían operado del tabique nasal en una intervención cirúrgica chapucera y le destrozaron la nariz, con lo guapa que era. Vivían en La Verneda con su única hija Dorín, nuestra prima (si la llamaban Dorotea no respondía).

Mi tío Domingo y mi tía María en su boda.
El traje de mi tío lo usó mi padre después
para la suya

Mis tíos Pepito, Dorín, María y Mingo, 
por las Ramblas

Mis tíos Ginés y Angel, con mi padre

                     


sábado, 28 de enero de 2012

10 - LA FABRICA DESLITE EN POBLE NOU



    Mientras mis hermanos iban al colegio y yo era aún muy pequeña, yo iba con mi madre  a la casa donde iba a limpiar, me sentaba en una silla en una especie de galería con grandes cristaleras donde entraba el sol y esperaba que ella acabara. Era un piso de la calle Gombau, cerca de casa, con una escalera espléndida con ascensor, el único que yo conocía en aquel barrio.


Julia y yo

En este edificio trabajaba
mi madre

   La señora, que se llamaba Engracia y era muy amable, siempre trató con respeto a nuestra madre y pasados los años, siempre que nos la encontrábamos por la calle, se interesaba por nosotros. Al cabo de unos años nuestra madre fue operada de apendicitis y la Sra. Engracia iba a verla al hospital y le dejaba dinero debajo de la almohada. Tenía un único hijo que tenía un buen trabajo en la Nestlé y nuestra madre decía que "era un chico muy inteligente".

Mi hermano, mi madre y yo
en el terrado de casa

     En Deslite, con el transcurso de los años a nuestro padre le hicieron encargado de almacén, por lo que empezó a cobrar un poco más y decidió comprar la cámara fotográfica que tanto deseaba.

   Cuando vemos esas primeras fotos hechas con la cámara, no podemos dejar de reírnos diciendo  "¡En vez de una cámara podía haber comprado una lata de pintura para el piso, que falta hacía!", pero afortunadamente no lo hizo y hoy podemos disfrutar de ver esos momentos, el piso ya se pintó después.


Mi padre en la fábrica

 Mi padre probando la cámara haciendo
una foto en el espejo del bufet

Esta foto parece sacada de una película
 de Fellini, según mi hermana Julia

Era Navidad, a juzgar por las neules,
 el cava y ¡la mano de mortero para
partir el turrón duro!

   Muchas veces fuí con mi madre a llevar la comida a mi padre a la fábrica de Poble Nou. Recuerdo que cruzábamos las vías de un tren,  y un olor como dulzón que provenía de las fábricas. Pasábamos por una fábrica de hielo, donde me quedaba embobada mientras veíamos deslizarse las barras que luego compraríamos por trozos en las bodegas del barrio para las neveras. También había por allí una vaquería donde ordeñaban a las vacas y  me asomaba a verlas con curiosidad.

    Había un edificio, el cual decía nuestra madre que era un hospicio y que había niños que "pobreticos, no tienen ni padre ni madre", y yo siempre intentaba ver esos niños a través de unas ventanas a ras del suelo, pero sólo oía el bullicio infantil. Hace poco me he enterado, gracias a mi amiga Mari Trini y su estupendo blog "Las mentiras... que son muchas en la vida", que ese edificio era "Protección de Menores".


Yo miraba por las ventanas a ras de suelo

     En Deslite entró a trabajar también mi tío Pepito y a veces la fábrica organizaba excursiones, con autocares, para las familias de los trabajadores, así que íbamos toda la familia, tíos, primos.... Recuerdo que una vez estuvimos en la fábrica a unos repartos de premios de una exposición filatélica.


Mi tío Pepito de broma con 
un compañero de Deslite


GRACIAS, MARI TRINI, POR ENCONTRAR ESTAS FOTOS DE DESLITE

El día del reparto de premios

Premiaron también a algunos niños

Un sobre conmemorativo igual que éste
 estuvo por casa mucho tiempo

    En la misma fábrica trabajó una telefonista a la que le gustaba cantar, convirtiéndose más tarde en Cristina, y luego Cristina y los Stop, la que cantaba "Tres cosas hay en la vida, salud, dinero y amor".

Cristina

    En la empresa se portaron muy mal con nuestro padre. Cuando en el año 1977 le diagnosticaron su grave enfermedad, anemia aplásica, tuvo que dejar el trabajo, y un día, al cabo de un tiempo, quiso volver a ver a sus antiguos compañeros de trabajo por lo que fue a la fábrica a hacerles una visita.

En Deslite, celebrando la goleada 
del Barça


    Entonces la empresa la llevaban los hijos de los antiguos dueños que habían sido buenas personas y tenían en gran estima a nuestro padre y a todos los trabajadores. Los nuevos empresarios le denegaron la entrada. Debieron pensar que su enfermedad era un cuento, o sencillamente que como ya no les era útil le recibieron de ese modo. Se fue para casa deshecho, el disgusto que se llevó nuestro padre fue muy grande y ese día lloró amargamente. Mi hermana Julia quiso ir a la empresa a decirles lo que se merecían, pero mi padre no se lo permitió.

Mi padre con un compañero

   La empresa Deslite cerró la fábrica alrededor de los años 90.


  

jueves, 26 de enero de 2012

9 - LA FAMILIA DE MADRID

   
   En octubre de 1955 nací yo, Montse, en casa igual que mis hermanos, y nuestra madre después del parto cogió una pulmonía como  en los dos partos anteriores, con unas fiebres muy altas. En cada parto le ocurría lo mismo, incluso con la pequeña Gemma que nació la última y en el hospital Sant Pau, posiblemente porque estaba débil debido a las anemias que padecía al no estar bien alimentada.


  Cuando ya estaba recuperada y yo tenía pocos meses de edad, nuestro padre, la tieta Elisa, y mis hermanos Juanito y Julia, hicieron un viaje a Madrid para visitar a la familia por parte de la abuela paterna. Nuestra madre y yo nos quedamos en casa.

Yo, en brazos de mi madre
teñida de morena, tomando
chocolate y galletas maría

   Estuvieron en Madrid y en Daganzo, una población de la capital, donde vivían otros tíos de mi padre. Como en todos los pueblos antiguamente, no había WC,  y se hacían las necesidades fisiológicas en el corral. Mi hermano Juanito al ver que las gallinas correteaban y se alimentaban por el mismo lugar picándolo "todo", cogió tal asco y aversión hacia los pollos y los animales con plumas en general, que no comía pollo en casa, el día que mi madre cocinaba pollo a él le hacía huevos fritos, sólo lo comía en las riquísimas croquetas que hacía mi madre . Era bien mayor cuando se le fue pasando poco a poco la repugnancia y empezó a comerlo otra vez.



  Uno de los días que pasaron en Madrid, los familiares quisieron obsequiarles con una comida campestre, así que fueron todos al campo, al lado del río Manzanares, donde había rebaños de ovejas. Con el mantel en el suelo prepararon las ensaladas, con olivas, tomates y demás, y mi hermano Juanito se fijó en una oliva negra que había fuera del mantel, en el suelo, así que la cogió y se la metió en la boca. Enseguida llegó una de las tías diciéndole "quítate eso de la boca" y metiéndole el dedo para sacárselo ¡Era una cagada de oveja! Jajaja ¡Estos niños de ciudad...!

Mi padre, mi tía Elisa,
Julia y  Juanito, en Madrid

Mi bisabuela Eulogia y uno de los primos de mi 
padre, Luis con su esposa, Pepi,  año 1949

Julia, divirtiéndose en Madrid

Mi padre,la tieta Elisa, Juanito y Julia
y la familia madrileña

Esta prima se llamaba Elisa, 
como mi tía

    Muchos de ellos vinieron a Barcelona, en años distintos,  y los llevábamos a Montjuich, al Parc de la Ciutadella, al puerto,  y a los lugares más emblemáticos de Barcelona. Recuerdo que una de las veces que vinieron, nuestro padre nos mandó ir a comprar xuxos para que desayunaran y sorprendidos dijeron que en Madrid los chuchos son los perros.

Con el primo Miguel y su esposa Juani, 
en Montjuich

Con los tíos Victoriano y Dominga, 
en el Tibidabo
Con la prima Amparo y su marido, Luis 
con su hija, en el zoo
En esta bonita foto coloreada de la época
también está la tieta Elisa

  El marido de la prima Amparo trabajaba en una fábrica de porcelanas y nos trajo de regalo unos platitos en forma de barca para el aperitivo, como los que ponían en los bares para las olivas, que tenían dibujadas unas hermosas gambas. También una especie de jarrón que decían que era una talquera ¿?, pero mi madre le ponía rosas de plástico, de las que decíamos que parecían de verdad. Ahora es al revés, cuando vemos una rosa bonita decimos que parece de plástico. La talquera ha llegado viva hasta nuestros días y la tiene mi hermana Gemma, eso sí, sin tapón ya que se rompió hace años.

La talquera, por delante..

 ...y por detrás
   Nuestro padre y sus familiares madrileños mantuvieron correspondencia muchos años, sobre todo en Navidad, porque ellos nos enviaban lotería de Madrid y nuestro padre les enviaba de Barcelona, hasta que sus tíos se hicieron muy mayores y se fueron distanciando las cartas hasta que se acabó por no escribir.

Una de las fotos familiares que enviaban


Dominga, tía de mi padre

La boda de Amparo y Luis

   Uno de los primos de nuestro padre, Victoriano Peligros Merino "Víctor", fue futbolista. Empezó jugando en el Plus Ultra, una filial del Atlético de Madrid y jugó una temporada en 1ª división con el Sporting. Gracias a Internet hemos podido averiguar que se jubiló en 2006 siendo Director de la Escuela Infantil del Atlético de Madrid.

Victoriano, en el campo
donde jugaba

Haciendo la mili en Marruecos

Victoriano con sus hermanos
y su madre, Dominga

   En una de las ocasiones que vino a jugar a Barcelona, sería en el año 1958-59, siendo rival el Condal (filial del C.F.Barcelona), estuvo en casa con un compañero del equipo, Feliciano Rivilla, y nuestro padre y Juanito fueron al campo de Las Corts a ver el partido. Nuestro padre y su primo se apreciaban mucho, aunque nuestro padre era un culé acérrimo, como todos nosotros.

Mi padre con Victoriano, Rivilla
y otros compañeros de equipo

Mi padre y sus primos Victoriano y Miguel
(cuando yo veía esta foto, creía que a mi padre
le había faltado una pierna en otro tiempo)