viernes, 4 de mayo de 2012

51 - FARMACIA PUJOL ( y IV)


    El cajero, que se encargaba de los pagos a los proveedores y al personal, era el Sr. Gambús, que tenía un despacho propio donde estaba la caja fuerte. Sus estornudos eran famosos, porque se oían en todos los rincones, traspasaban muros, puertas y ventanas. Alguna vez, desde mi centralita y siempre con un poco de cachondeo, le había hecho una llamadita para decirle "¡Jesús!".


    Era una persona algo maniática e hipocondríaca, que después de darle la mano a alguien se las lavaba, y siempre tenía a mano un trapo para limpiar el teléfono si lo usaba otra persona que no fuera él. A veces, según quien fuese el que salía de su oficina, echaba un líquido desinfectante con un pulverizador, sobre todo si la persona en cuestión había estornudado un par de veces.


       Siempre decía que él, cuando llegaba a casa, quería ver a su mujer bien arreglada, bien vestida y bien maquillada. Yo siempre me imaginaba a la pobre, limpiando, cocinando, lavando, a toda prisa, para que, cinco minutos antes de que llegara su marido, le diera tiempo a estar guapa.


       Cada mes me daba las nóminas del personal para que las pasara a máquina, por lo que yo sabía lo que cobraba todo el mundo. A veces, venía Nuria, y me decía con complicidad "A ver la nómina de fulanito..." Yo entré a trabajar cobrando 3.800 ptas. al mes, y al poco tiempo me subieron 400 ptas. de golpe ¡Más contenta que unas pascuas, estaba yo! Era el año 1971.


En una excursión a Montserrat con
los chicos de "Can Pujol". La morena
de oscuro es Nuria, y yo a su lado

       Había varias máquinas de escribir, ninguna de última generación, pero la que yo solía usar era una muy antigua, una verdadera reliquia en la que tenía que golpear con fuerza las teclas si quería que se marcaran en el papel, y en el momento en que iba un poco deprisa se apelotonaban las varillas de los caracteres, y las tenía que separar poniéndome los dedos perdidos de tinta.



Diría que era más antigua
que ésta

Y la calculadora, manual,
nada de electricidad ni pilas

          Uno de los contables, el Sr. Farré, comenzó a llamarme "My Lady", porque decía que le parecía una aristócrata inglesa, por la forma de llevar mi pelo en un moño alto con los rizos cayendo a los lados de la cara.


Mi única foto con el moño

    Pero los chicos de la oficina me llamaban "Momo", uniendo las dos primeras sílabas de mi nombre y mi apellido.

       Si nuestra compañera Montse, conoció a su novio por correspondencia, Nuria y yo conocimos a los nuestros hablando por teléfono. También nos casamos, pero algún tiempo después.

          Nuestro jefe, el Sr. Pujol, que me decía que estaba muy delgada y quería remediarlo, me aconsejó que tomara un reconstituyente que preparaban en la farmacia llamado "Herculeón Vitamínico", del que me regaló un frasco. Por supuesto, no dio resultado.


       La farmacia, el laboratorio, el centro de específicos, y la preciosa perfumería Pelayo, pertenecía a COBOSA, que eran las siglas de Comercial Bonnín, S.A., y el dueñísimo de todo era Gaspar Bonnín, que a veces hacía su aparición por allí. 


La fachada de la perfumería Pelayo

El interior

    También pertenecían a la firma la elegante cafetería "El Salón Rosa", y la pastelería "La Perla Mallorquina", ambas en Paseo de Gracia.



El Salón Rosa
     
         Un día, nuestros jefes, nos comunicaron que se cerraba la farmacia, la perfumería y el centro de específicos. Los empleados de mayor antigüedad acogieron la noticia de manera agridulce, por un lado, estaban cerca de la jubilación y cobraban una indemnización que les iba de perlas, pero por el otro, les daba pena el cierre después de tantos años allí, y que destruyeran la preciosa farmacia.


     Los más jóvenes encontraron enseguida empleo, y a mí me propusieron quedarme en la oficina ya que el Laboratorio Pelayo continuaba en marcha, así que me quedé.


      En el lugar de la farmacia pusieron una espantosa tienda llamada "El Edén de los pantalones", que ocupaba el espacio de la farmacia, la perfumería, y en la planta superior, lo que habían sido las oficinas. 1000 m2. rebosantes de pantalones. No duró demasiado tiempo, y el local ha ido cambiando continuamente de negocio.


       La oficina se trasladó al último piso de la misma escalera de la calle Pelayo, 56, y mi jefe seguía siendo el Sr. Pedro.


     Yo tenía que hacer múltiples viajes al laboratorio que seguía estando en la calle Tallers, 16, y para acortar el camino cruzaba por los almacenes El Siglo que también tenía salida en esa calle, en la planta inferior.


Lo que era El Siglo, es
actualmente C&A

        Después trasladaron la oficina a la calle Tallers. En el año 1975 cambié de empleo.

        Fue una época muy bonita que recuerdo con mucho cariño y en la que conocí personas estupendas.


21 comentarios:

Mª Trinidad Vilchez dijo...

Fantástico tu post y muy bien detallado y explicado.
Estás guapísima con moño y las fotos son muy bonitas, y hay que ver cuantas fotos tienes, y los recuerdos lo más importante.
Me gusta el post de hoy, y los demás tambien, cuantos recuerdos tienes en tu mente...
y hay que ver los sueldos que teníamos, eso mucha gente ni se lo creerá,pero así eran, el mío de verdad no me acuerdo pero seguro que sería similar.
Un abrazo y muchas gracias querida Montse.
Un beso reina.

Montse dijo...

Gracias, Mari Trini, cobraba al mes unos 24 euros de ahora ¡ni para unos zapatos!
Y parece que hace cuatro días, pero ya han pasado 40 años, que se dice pronto.
Muchas gracias, guapa, y un beso.

Julia dijo...

Estupendos posts para recordar lo que estaba en ese trocito de cabeza que creo que tiene hasta almohada, al leerlo se activa la memoria y vuelvo a revivir esas vivencias tuyas que habias comentado en numerosas ocasiones y que son bonitas y divertidas historias de "Can Pujol".

Pues sí, muy adecuado como te llamaba el Sr. Farré, con el pelo recogido estabas muy guapa. Menos mal que por lo menos hay una foto y sí estabas delgada, pero monísima y muy elegante.

Que lástima que se cerraran esas "joyas" de tiendas, para dar paso a esos impersonales negocios.

Bonitos y dulces años.

Mil besos cariño.

Mari-Pi-R dijo...

Sabes yo también usé la calculadora manual, la había completamente olvidado.
Que buenos recuerdos vas trayendo.
Un abrazo

Montse dijo...

Sí, Julia, qué lástima de comercios tan bonitos. Creo que ahora hay un salón recreativo donde era la farmacia, ya ves tú.
¿Y aquella gorra de hockey que tenías y nos la alternábamos las dos? qué bonita nos quedaba...
Besos, cariño.

Montse dijo...

Mari-Pi-R, y el ruido que hacía la calculadora cuando se daba a la palanca. Pero funcionaba perfectamente, y de paso ¡fortalecíamos los bíceps!
Ahora sólo nos fortalecemos los dedos, jaja.
Un beso, guapa.

Eastriver dijo...

Tus entradas siempre me sugieren multitud de cosas. Por un lado una enorme ternura, porque explicas muy bien esos recuerdos en los que muchos podemos reconocernos (igual no nosotros mismos, que las experiencias son intransferibles, pero sí una época que no nos resulta extraña). Exacto: tus escritos reflejan perfectamente una época. Todo, desde los nombres, por ejemplo (mira qué cosa, la gente parece que ahora ya no se llama Sr.Gambús, eso parece de esos tiempos, no?). Y luego he pensado también que es una enorme tristeza la pérdida de lugares tan bonitos. Barcelona ha perdido en eso, en autenticidad, perdiéndose lugares, bares, farmacias, restaurantes, que no deberían haberse perdido. Barcelona ha conservado sus fachadas pero no sus interiores.

Mª Trinidad Vilchez dijo...

TOTALMENTE DE ACUERDO CON JULIA, Y CON RAMÓN, Y POR SUPUESTO CONTIGO MONTSE:
ESOS COMERCIOS TAN MARAVILLOSOS QUE CUANDO ENCUENTRO ALGO, ENSEGUIDA LOS EDITO Y LOS RECUERDO, HOY ESTA TARDE HE ENTRADO EN MAURI, RAMBLA CATALUNYA A TOMAR UN CAFÉ, ANTES DE IR A CASA ELIZALDE A BUSCAR A LOS CHIC@S, PARA LLEVARLOS A GRACIA A MERENDAR Y DAR UNA VUELTA Y ME TRANSPORTABA A OTROS TIEMPOS DE HACE 100 AÑOS Y ME ENCANTAN, QUEDAN POCOS PERO LOS QUE QUEDAN HAY QUE DISFRUTARLOS, SIEMPRE HAY PERSONAS CON BUEN GUSTO...

http://www.pasteleriasmauri.com/swf/home.html

UN ABRAZO MONTSE.

Montse dijo...

Muchas gracias, Ramón, por tus palabras. Sí, era otra época, que yo recuerdo con cariño, igual que a la gente que la componía. Unos ya no están, pero los que sí, seguro que recuerdan, como yo, con una sonrisa, todo lo vivido, el compañerismo, la amistad, la diversión infantil de aquellos tiempos en que todo nos hacía reir, sin maldad...

Un abrazo.

Montse dijo...

Mari Trini, lo que no sé es si este Mauri es el mismo de los turrones y las galletas.
Todo lo encuentras.
Un beso, guapa.

Josep dijo...

Estaba pensando en el sueldo, lo demás ya lo han dicho todos. Digo lo del sueldo porque mi mujer trabajaba en el 1971 en Torrens, era una zapatería y complementos muy importante que estaba en La Gran Via frente del cine Comedia. Ella guarda cosas de estas, no todas pero bastantes. Papeles de nóminas, sitios donde hemos trabajado los dos ...Allí en Torrens ganaba 3700pesetas.
Es verdad que con aquello no se podia ir a ninguna parte, pero ibamos Montse, ya lo creo!
Al año siguiente nos casamos, y ella tubo que dejar aquella tienda porque no aceptaban mujeres casadas.

Un petó.

Montse dijo...

En esa época, Josep, los hijos entregábamos el sueldo íntegro en casa si no te ibas a casar todavía, y las madres te daban una pequeña cantidad para gastarla en pequeñas cosas.
Ahora es distinto, la mayoría de hijos (los míos, por suerte no) se creen con todo el derecho de comer de la sopa boba hasta que se independicen con 40 años.
Antes se tenían sueldos bajos pero las parejas se casaban, y si no tenían para una tele, pues no la tenían y ya está, yo no tenía lavadora y me apañaba.
En Sabadell también hay zapaterías Torrents, muy caras. En aquellos tiempos era habitual no aceptar mujeres casadas en el trabajo, aún no se habían enterado de que las mujeres podían hacer cuatro cosas al mismo tiempo.

Gracies, i un petó.

Mari-Pi-R dijo...

Hola Montse, fue un blog de error, olvidalo.

Mª Trinidad Vilchez dijo...

http://www.planetainsolito.es/viaje-rennes-le-chateau/

Montse, voy a ver la tumba de Maria Magdalena a Francia este fin de semana...
Un abrazo ya te contaré.

Montse dijo...

Qué suerte, Mari Trini, ya me contarás.
"El código da Vinci" fue un libro polémico y criticado, pero a mí me gustó, y la posible historia que cuenta sobre Maria Magdalena, quién sabe...
Voy un poco cargada de faena, así que los post los voy a mirar cuando pueda.
Un beso.

Unknown dijo...

Estimada Montse:

Hace ya dos años que publicaste todo este increíble reportaje sobre la Farmacia Pujol y Cullell.

Has de saber que yo soy Miguel Pujol Rubio, mi abuelo era Miguel Pujol i Font, y mi padre Miguel Pujol Avellana, quien heredó el negocio y ha continuado hasta hoy con el Laboratorio Químico Biológico Pelayo, al que se accede actualmente por la calle Tallers.

Me ha emocionado muchísimo todo lo que has escrito. He redescubierto una parte muy impotante de mis ancestros, algo que en casa se ha explicado muy poco porque mi abuelo falleció en el año 75, creo, y mi padre nos ha hablado poco de esta parte de la vida de nuestra familia.

Gracias, gracias infinitas por este recuerdo maravilloso, y gracias por compartirlo.

Me ha hecho tanta ilusión ver los anuncios, como el de Eupita, que yo veía cuando era un niño y tanta gracia me hacía el señor de pelos de punta y grifo en la nariz!!

Un fuerte abrazo cariñoso aunque no nos conozcamos.

Miguel

Unknown dijo...

Estimada Montse:

Hace ya dos años que publicaste todo este increíble reportaje sobre la Farmacia Pujol y Cullell.

Has de saber que yo soy Miguel Pujol Rubio, mi abuelo era Miguel Pujol i Font, y mi padre Miguel Pujol Avellana, quien heredó el negocio y ha continuado hasta hoy con el Laboratorio Químico Biológico Pelayo, al que se accede actualmente por la calle Tallers.

Me ha emocionado muchísimo todo lo que has escrito. He redescubierto una parte muy impotante de mis ancestros, algo que en casa se ha explicado muy poco porque mi abuelo falleció en el año 75, creo, y mi padre nos ha hablado poco de esta parte de la vida de nuestra familia.

Gracias, gracias infinitas por este recuerdo maravilloso, y gracias por compartirlo.

Me ha hecho tanta ilusión ver los anuncios, como el de Eupita, que yo veía cuando era un niño y tanta gracia me hacía el señor de pelos de punta y grifo en la nariz!!

Un fuerte abrazo cariñoso aunque no nos conozcamos.

Miguel

Montse dijo...

Muchísimas gracias Miguel, no sabes cómo me han emocionado tus palabras, viniendo sobre todo de la ¿tercera? generación de los Miguel Pujol.
A pesar de los años transcurridos, sigo teniendo un vínculo emocional con la farmacia y el laboratorio Pelayo....fíjate que hace un par de días compartí con un grupo de Facebook llamado "no eres del Borne si no....." unas fotos de la farmacia que gustaron muchísimo.
Le dije a tu padre que le haría una visita a la calle Tallers para saludarle, y lo cumpliré en cuanto pase este período de vacaciones. Mientras tanto le das un cariñoso saludo de mi parte, y para tí, otro cariñoso abrazo.

Montse

Anónimo dijo...

Hola yo naci en el paseo del borne y mis hermanos tambien mis padres se conocieron en el borne mi padre trabajaba colchoneria què habia y mi madre en el bar pitin aparte muchas casas el otro dia fui y mi barrio esta todo cambiado donde trabajaba mi padre es una tienda de bolsos yo me llamo montse

Montse dijo...

Hola Montse, gracias por tu comentario, hablar del barrio siempre nos trae buenos recuerdos...tienes razón, está todo muy cambiado, el edificio de Jaime Giralt donde yo nací y viví hasta que me casé, ni siquiera existe ya, y quedan poquísimas tiendas de entonces. Tendremos que conformarnos con ver fotos y recordar. Un saludo y muchas gracias!

Montse dijo...

Hola Montse, gracias por tu comentario, hablar del barrio siempre nos trae buenos recuerdos...tienes razón, está todo muy cambiado, el edificio de Jaime Giralt donde yo nací y viví hasta que me casé, ni siquiera existe ya, y quedan poquísimas tiendas de entonces. Tendremos que conformarnos con ver fotos y recordar. Un saludo y muchas gracias!