sábado, 31 de marzo de 2012

40 - FIDEO...PALILLO...


      Yo era una niña con poco apetito y muy delgada, por lo que me fui ganando calificativos a lo largo de mi niñez. Primero era "fideo", mote que me regalaban algunos vecinos y  familiares cariñosamente. Luego, ya sin ningún cariño, en el colegio, algunos niños graciosillos me llamaban "palillo", y cuando llevé gafas, me subieron de categoría y pasé a ser "palillo con gafas".

Aquí era fideo

Aquí, palillo

Realmente, sí que parecía 
un palillo con gafas, sí


       Mientras iba creciendo y ganando centímetros de altura, mi peso casi no variaba, por lo que me convertí en una niña larguirucha y flaca.


      Había personas que no tenían  nada mejor que hacer que preocupar a mi madre diciéndole "Está muy delgada esta niña ¿Qué no come?". Era la frase más repetida y más escuchada de mi niñez. Entonces mi madre me llevaba al Dr. Pardina para que me recetara algo que me engordara  y éste le decía "¿Para qué quiere a la niña gorda, si está sana", pero ante la insistencia materna me daban inyecciones de hígado superdolorosas o jarabes que no daban ningún resultado. Recuerdo uno especialmente asqueroso a base de sangre de caballo, que sabía a establo. Cuando lo tomaba casi podía oír el relincho del caballo. 


       Cuando no me daban quina Santa Catalina, me daban en ayunas una yema de huevo batida con un poco de café, y si no algún mejunje extraño que les recomendaba  alguna vecina.


      Por supuesto, todo eso no servía para  nada. Seguía igual de delgada y encima tenía que soportar las odiosas comparaciones con las otras niñas de mi entorno, de edad parecida a la mía, que tan hermosas estaban con esos kilitos que a mí me faltaban.

    Se juntaban el poco apetito con lo escrupulosa que era, y a la hora de comer apartaba todo lo que fuera de color sospechoso, como la cebolla o el pimiento del sofrito un poco quemado. Todo tenía que tener un color uniforme, sin tonos fuera de lo "normal", así que me dedicaba a apartar en el borde del plato lo que no me parecía "comestible", y mi madre me decía cabreada: "¡Cuando acabes de adornar el plato, lo colgaremos en la pared de tan decorado que lo dejas!". 

Cabían dos dentro del abrigo

     Un día que iba con mi tía Elisa por la calle, le comentaba a una amiga suya lo poco que yo comía, y ésta exclamó "¡Se le va a encoger el estómago a esta criatura por comer tan poco!". 


     Inmediatamente, ¡clic! se activaron los rayos X  mentales en mi cerebro, y pude ver   cómo mi estómago se iba encogiendo cada vez más hasta quedar reducido a la mínima expresión, con la consiguiente angustia que eso me provocó ¡Había que solucionar esto! 


Mi hermana Julia detrás mío, y
mi tía Elisa detrás de mi prima Laura

        Total, que todas las noches antes de acostarme rezaba un Padrenuestro, y a partir de entonces, al final añadía la coletilla "Y que no se me encoja el estómago".


    ¡Y no se me encogió, no! Pero, he continuado delgada toda mi vida.


¡sólo faltaban las gafas!
qué feas eran éstas...






12 comentarios:

Eastriver dijo...

Somos almas gemelas, Montse. A mí también me llamaron fideo, palillo y posteriormente palillo con gafas. Y también sufrí estos comentarios de, el niño no come, qué le pasará al niño, jaja.

Pero tres observaciones: la primera, se te veía una niña inteligente, con profundo mundo interior, nerviosa por dentro, y los mismos nervios interiores te adelgazaban. Supongo que es lo que me ocurría a mí.

Segunda: las gafas no son feas. Fíjate, ahora vuelven a estar de moda esas gafas. O sea que feas nada, eras una adelantada a tu tiempo, jeje. Míratelo así.

Y finalmente, qué suerte haber seguido delgada siempre: yo a partir de los cuarenta o así, empecé a poner quilos. Hombre, gordo no soy y seguramente no seré nunca. Pero la barriguita, ay, Deu meu, cómo añoro la barriga de los tiempos en que era el palillo, jajaja.

Mari-Pi-R dijo...

Conceptos de otros tiempos, se pensaba que si estabas delgado estabas sin buena salud, y ahora es todo lo contrario se quieren a los niños delgados y sanos.
Me imagino todo lo que pasaste probando tantos malos jarabes que no te daban ningún resultado esperado.
Si pudiésemos controlar bien el peso, que felicidad!.
Un abrazo y me figuro que todavía te mantienes delgada

Mª Trinidad Vilchez dijo...

Estoy con lo que dice Ramón totalmente de acuerdo y nunca mejor explicado.
Estás guapa y cada uno es como es.
Eras una niña muy guapa y curiosa se te nota, y te has fifado en las piernas que derechas? yo de pequeña las ponía patizambas.
Eres guapa de corazón querida amiga Montse, y esa es la belleza más hermosa que álguien puede tener.
Un beso guapa.

Gemma dijo...

Esos comentarios de mayores y niños también los sufrí yo.
No hemos sido de mucho comer, y ahora que tengo hambre me ponen a dieta.
Montse, ahora muchos de ellos te envidiarían si te vieran lo bien que estás ahora, lo estupenda que estás !siendo yaya y todo!
Un besazo, guapísima

Júlia dijo...

Montse, cuanto me he reido leyendo este post, hasta la mama me preguntaba "de que te ries". le he comentado lo de "palillo" y dice "es verdad".

Los niños todos sabemos lo crueles que pueden llegar a ser, toda la vida nos hemos dicho unos a los otros cosas de ese tipo, a mí me llamaban caballo, por mi dentadura, pero seguro que les "relinchaba"

De niña eras preciosa y luego hay una etapa en la que todas las niñas nos ponemos un poco "feas", acompañadas en muchas ocasiones por la ropa que nos ponian, bien por el "buen gusto" que tenían, bien por la precaria economía.

Pasada esa época, te convertistes en una jovencita guapísima, esbelta y con un caracter muy jovial, para dar paso a una bella y gran mujer.

¡Ah, y escrupulosa un rato largo GUAPA!

Besos del sábado noche.

Montse dijo...

Gracias, Ramón, por ser tan bueno conmigo y ver una niña inteligente ¡algo tenía que tener! ¿no? jajaja.
Efectivamente, esas gafas se llevan ahora, pero no con esa cara de pito y el pelo recogido en una cola "porque el pelo se me comía la cara", la frase por excelencia.
Y mira, en la tercera observación te doy la razón, a mis 56 años mantenerme delgada ya va bien, aunque tenga que controlar un poco porque si cojo algún kilo ya no se reparte, se va a la barriga, como no.
Pero, ¿Y el gustazo de comer todo lo que nos ha apetecido? Que nos quiten lo bailao, jajaja.
Un abrazo.

Montse dijo...

Sí, Mari-Pi, sigo delgada pero ya no parezco un palillo, afortunadamente, jajaja.
La frase de "qué gordo y qué majo está" sigue vigente, aunque ahora ya no se quiere a los niños gordos porque el problema lo tienen cuando se hacen mayores. En muchas escuelas no permiten que lleven bollería y dulces para el desayuno y les inculcan el comer fruta y verdura.
Un abrazo, guapa.

Montse dijo...

Mari Trini, no, las piernas patizambas no las tenía, sólo me hubiera faltado eso, no sé que otra lindeza me hubieran dicho en el colegio, jajaja.
Cuando no te sientes bonita con 12 ó 13 años, te aseguro que lo de la belleza interior te importa un rábano.

Gracias por los piropos, guapa, y un beso.

Montse dijo...

Tú no estabas tan esquelética como yo, Gemma, y además eras muy bonica. ¡Y no llevabas gafas!
¡No tienes ni chicha ni limoná! una de las bonitas frases que nos dedicaban, pero a ver quien es la que se puede cambiar la ropa con su hija de 18 años como tú, hasta hace bien poquito. Y volverás a hacerlo, si tu hija se engorda un poco ¡que está hecha un palillo! jajaja. No, no que está muy guapa.
Besos, cariño.

Montse dijo...

Julia, desde luego la ropa y el peinado que llevaba no era de lo más acertado, sobre todo cuando la mama insistía en comprarme la misma ropa que a la Gemma llevándonos 7 años ¡maldita la gracia que me hacía ir con 12 años igual que mi hermana de 5!
Primero eran los niños en el colegio y luego los mayores por la calle diciendo "estás más chupá que la pipa de un indio", jajaja, los asesinaba con la mirada.
Hija, como se nota que eres mi hermana y me quieres, porque lo de bella mujer, tela.
Un beso de domingo por la tarde.

Josep dijo...

Montse, yo de pequeño también estaba muy delgado. Es cierto que nadie me decia nada, pero a veces uno mismo empieza a tener el complejo de estos tan odiosos,y siempre espera que en cualquier momento una de estas señoras que no tienen otra cosa que hacer que preguntar por los niños de los demás pregunte a tu madre. Y así como alguno de vosotros a empezado a "acumular" quilos yo no,nunca pasé de los 70k.

Un petó

Montse dijo...

Josep, ahora me alegro de haber estado delgada en vez de gordita, pero en aquella época cuando veía alguna niña con unos kilos de más, lo que hubiera dado por estar como ella. Eso sólo hubiera cambiado los piropos en el colegio, en vez de llamarme palillo me hubieran llamado vaca, los niños con tal de molestar...
Te has mantenido con buen peso, no creas que yo he acumulado mucho, peso 52 kilos, ¡peso pluma! pero no tengo mucha estatura, por lo que no me veo excesivamente delgada.
Un petó, Josep.